2 tazas de masa de maíz nixtamalizada
1 cucharada de manteca de cerdo (puede ser Kazen)
½ cucharadita de sal
Agua tibia (la necesaria para amasar)
Para el relleno:
250 g de longaniza de Valladolid (puedes sustituir con chorizo rojo yucateco si no la consigues)
1 taza de frijoles refritos negros o bayos
½ taza de crema mexicana
½ taza de queso sopero
1 taza de lechuga finamente picada
½ taza de salsa verde o roja (opcional)
Aceite o manteca para freír

1. Preparar los sopes:
En un tazón, mezcla la masa de maíz con la manteca y la sal.
Agrega un poco de agua tibia hasta obtener una masa suave y manejable.
Divide en porciones pequeñas (del tamaño de una pelota de golf) y forma discos de unos 10 cm de diámetro.
Cocina los discos en un comal caliente durante 1–2 minutos por lado hasta que estén ligeramente dorados.
Con los dedos, pellizca los bordes de cada sope mientras aún estén tibios para formar un pequeño borde que contenga los ingredientes.

2. Dorar los sopes
Calienta aceite o manteca en una sartén.
Fríe los sopes hasta que queden dorados y crujientes por fuera, pero suaves por dentro.
Escurre sobre papel absorbente.

3. Preparar la longaniza
Retira la piel de la longaniza y fríela en una sartén a fuego medio hasta que quede bien dorada y suelte su grasa (aprox. 8 minutos).
Reserva caliente.

4. Armar los sopes
Unta una capa de frijoles refritos sobre cada sope.
Agrega una porción de longaniza dorada encima.
Baña con crema mexicana y espolvorea queso sopero.
Añade lechuga fresca picada y, si deseas, un toque de salsa verde o roja.

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